La bajante del río Paraná dejó al descubierto sectores de playas y barrancas en las que aparecen restos fósiles. Antes de cerrarse el 2021, a pocos metros del predio del Arroyo Seco Rowing Club, se halló un fósil de neosclerocalyptus, que es un género de gliptodonte, un armadillo gigante.
“Se encontró la coraza de una de las especies más chicas de gliptodontes, es la misma especie que sacamos en los arroyos Pavón y Saladillo”, señaló el paleontólogo Luciano Rey. Es uno de los profesionales (junto a Soledad Biasatti) designados por la Subsecretaría de Gestión Cultural de la provincia a cargo del Arq. Javier Armentado.
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Asimismo, Rey adelantó que “pudimos observar otras cosas en esa barranca. Nos sirven para investigar y contar la historia de lo que pasó en Arroyo Seco hace miles de años”.
Tras el aviso que hizo el paleontólogo Maximiliano Shoeters, se visitó el sitio y se inició un registro de la erosión de la zona de barranca en la cual estaba incrustado.
Shoeters expresó que esta especie dejó de existir durante el período cuaternario y que era un tipo de mamífero con características similares a los armadillos, aunque de un tamaño muy superior: alcanzaba los dos metros de alto y tres de largo y llegaba a pesar más de una tonelada.