El exfiscal Gustavo Ponce Asahad estuvo detenido más de un año, desde el 31 de julio del año pasado, cuando fue señalado por el empresario de juego Leonardo Peiti por haberle cobrado coimas durante un año para ayudarlo a esquivar investigaciones y allanamientos en su contra.
En ese momento Peiti también acusó de participar de esas maniobras al entonces fiscal regional Patricio Serjal. El escándalo terminó con ambos funcionarios judiciales destituidos y tras las rejas (a Serjal le concedieron en febrero pasado prisión domiciliaria por cuestiones de salud).
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El avance de la investigación colocó a Ponce Asahad como miembro y a Serjal como uno de los jefes de una asociación ilícita que regenteaba redes de juego clandestino en distintos puntos de la provincia de Santa Fe junto con Peiti y el empresario de juego rafaelino David Perona, quien durante el proceso murió por covid.
Ponce Asahad volvió a declarar en abril de este año, cuando pidió acogerse a la figura de imputado colaborador. El rol en la asociación ilícita de Ponce Asahad consistió en haber usufructuado ilegalmente su cargo de fiscal adjunto para recibir dinero de Peiti, a cambio de transmitirle directa o indirectamente por medio de sus empleados responsables, información relativa a las investigaciones que pudieran tener a Peiti como sospechoso o aquellas que él le solicite o las referidas a juego ilegal.